Pedagogía del afecto

Rosa María Torres
"Educar es asunto del corazón". Don Bosco
                    Nathan Sawaya, en Fubiz 

Investigaciones vinculadas a la Neurociencia concluyen desde hace tiempo en un descubrimiento tan simple como fenomenal: el afecto modifica el cerebro de las personas. Un niño o niña expuesto a relaciones y demostraciones de afecto, no sólo se desarrolla distinto a uno carente de afecto, sino que su cerebro cambia y, por tanto, se modifican sustancial­mente sus posibilidades y capacidades como persona. ¡Así de impor­tante es el afecto!

Por su lado, estudios y evaluaciones en el ámbito de la educación vienen consistentemente mos­trando que el factor decisivo en la relación maestro-alumnos y en el logro escolar asociado a esta rela­ción no es ni la preparación ni la experiencia docente. Es el afecto. Los profesores que consiguen mejores relaciones y resultados con sus alumnos son aquellos que cultivan la empatía y la simpatía, les brindan comprensión y cariño, depositan en ellos altas expectativas y se lo hacen saber, apuntalan su autoestima, les ayudan a confiar en sí mismos, les estimulan y alientan constantemente.

Los niños pequeños necesitan que las personas adultas les hablen y les conversen, incluso cuando todavía no saben hablar. Todos los niños necesitan jugar, porque es jugando como aprenden y como se relacionan con otros niños. Todo niño es curioso, explorador e investigador, necesita explorar y experimentar, reflexionar por sí mismo y preguntar. El niño pregunta no por impertinente sino porque es inteligente.
Toda pregunta infantil es importante. 
 
El temor, el maltrato y el castigo inhiben, causan desorden y dolor en quienes los padecen, y por eso son antipedagógicos, tanto en el hogar como en la escuela. Si usted quiere alentar determinado comportamiento en su hijo o hija, amenace y castigue y logrará exactamente lo contrario. Si usted quiere concitar el interés por determinado tema de estudio, espolvoree miedo y verá con qué facilidad mata toda motivación.

Y es que el Amor es parte consustancial de la Calidad de la Educación: no es un componente aparte, un agregado a antojo, un insumo al margen. No existe "calidad y calidez", como oferta el cliché: la calidez es inseparable de la calidad.

Pedro no aprende rápido. Pronto es tildado de tonto y abandonado a su suerte. Termina repitiendo el año y, poco después, retirándose de la escuela. Condenado y culpabilizado,  Pedro queda marcado de por vida, predispuesto para el fracaso. ¿Cuánto de ello podría haberse evitado con un poco más de atención y de afecto, tanto de los padres como de los profesores?. ¿Acaso habría sido Pedro otra clase de alumno, otra clase de niño, si no se hubiese sentido solo, ignorado, incomprendido?.

Teresa tiene dificultades con matemáticas. Uno tras otro, profeso­ras y profesores contribuyen a reforzar su (auto)imagen de incapaz, de niña que deberá contentarse con un rol doméstico, sin aspirar a demasiados estudios y, mucho menos, a una profesión o un oficio más allá de las tareas del hogar. ¿Qué habría sido de Teresa si hubiera encontrado el profesor o profesora empeñados en ayudarle a identificar y desarrollar sus talentos en vez de sus debilidades?. ¿Dónde estaría Teresa si alguien se hubiese percatado que dibujaba y le hubiese convencido que tenía aptitudes especiales para el dibujo?.

Los casos de Pedro y Teresa son reales, y lastimosamente abundan en el mundo y a nuestro alrededor.

Por eso, si hemos de elegir un elemento a cambiar en nuestros sistemas educativos, elijamos el afecto. No cuesta un centavo, no implica trámites ni consultas, no requiere cursos ni postgrados ni tecnologías ni estándares ni expertos.

No hay política educativa, reforma curricular, capacitación docente, pedagogía o tecnología que pueda tener repercusiones tan significativas y duraderas sobre niños y jóvenes y sobre el futuro de la educación como una profunda reforma en el mundo de los afectos, tanto en el hogar como en el sistema educativo.  


* Reproducido en diario La Capital, Rosario, Argentina, 5 marzo 2011 

Para saber más
»
Toshiro Kanamori: La pedagogía de la empatía, del pensar en los demás, para ser feliz 

» Método Toshiro Kanamori. ¡Es posible enseñar empatía! 
» Videos sobre empatía y algún comentario
» Learning to care, Japan Broadcasting Corporation (NHK) - Japan Prize 2010

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» Carta abierta para niños y niñas que van a la escuela
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» Los contorsionistas (A propósito de habilidades y talentos)
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11 comentarios:

Kounila Keo dijo...

HI Rose,

I'm Kounila, a participant of Multimedia and Online Journalism at GIZ (giz.de). I found information related to education in your blog, but I am only wishing that all this information is in English.

maze oliver dijo...

Henri Wallon defendeu essa pedagogia do afeto em seus textos nos fala que o mais importante no processo educativo é o relacionamento. Sem afeto tudo tende a fracassar, pois o emocional é muito forte no ser humano. Um abraço Rosa Maria!

Rosa Maria Torres dijo...

Gracias Mazé. No conocía a Henri Wallon, busqué en la red. Aquí un breve resumen de su trayectoria y de su obra, en Wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Henri_Wallon_%28psic%C3%B3logo%29 ) que, según se explica, ha sido poco difundida. Interesante.

Rosa Maria Torres dijo...

Hi Keo.
My mother tongue is Spanish and I write in Spanish on a daily basis. But I also and often write in English, especially when dealing with international conferences and papers. At this point, there are over 40 posts/articles in English in this blog. Wish all posts would be in both languages, but I simply do not have the time to translate. This particular post is available in Spanish only. Thanks for your interest!
Regards, Rosa Maria

Kamila dijo...

Un artículo corto y 10 veces bueno, ojalá el mensaje llegase a mucha gente. El afecto en la eduación es una excelente manera de atender la diversidad.

Una pregunta Rosa María, algunas de sus publicaciones se pueden obtener en versión digital? Gracias por mantener este blog.

Rosa Maria Torres dijo...

Kamila: Gracias por su comentario. Sería bueno que ayude a difundir el artículo entre sus colegas. En cuanto a publicaciones mías en línea, justamente trato de hacer accesible de manera gratuita lo que escribo (últimamente he abandonado la idea de escribir libros, y me he dedicado a escribir artículos cortos, de divulgación amplia, así como ponencias que presento en eventos. En este mismo blog encuentra muchos materiales. Consulte también la sección Publicaciones: http://otra-educacion.blogspot.com/p/publicaciones.html
Saludos cordiales.

Anónimo dijo...

He dado difusión a su artículo en http://evolucionando.wordpress.com/2013/07/19/si-hemos-de-elegir-un-elemento-a-cambiar-en-nuestros-sistemas-educativos-optemos-por-el-afecto-rosa-maria-torres/. Espero que sea de su agrado.
Por encima de todo, gracias por un artículo tan hermoso
Sirah

MARYORIE HERNÁNDEZ MARTÍNEZ dijo...

Este artículo me lleva a cosas que yo decia en una oportunidad en una reunión en la escuela donde estudiaba mi hijo, porque era muy frecuente que los alumnos que de alguna manera tenian algúna condición o comportamiento los apartaban y los catalogaban. Y estoy de acuerdo con esta autora, esos chicos (como el mio) que hablan mucho, que se paran en clases tienen potencial hay que aprovercharlos, aumentarles la autoestima. En fin que lastima que muchos colegios (en mi experiencia privados) solo tengan un fin de lucro. Por otra parte tratan tan mal a los docentes + el mal pago que muchos no van mas allá de la simple enseñanza.

Unknown dijo...

Hola Rosa Marìa un gusto leer su artìculo. Nada màs querìa decirle que lo que màs he visto en los docentes es la dificultad para mantener la disciplina y no poder hacerlo sino es a gritos, es lamentable verlo incluso en el trato a los niños pequeños, siempre pensè que era por falta de creatividad para lograr mantener la atenciòn de los niños o el respeto en los jòvenes. Esa necesidad del profesor de tener el control. Pero claro està que con un toque de afectividad y cariño hacia los chicos o jòvenes todo serìa diferente. El cariño, el afecto, parte del respeto mismo, de la atenciòn misma, de saber escuchar con todos los sentidos, es la forma de decir: me importas tu y lo que tu quieres aprender. Bastaria con esos pequeños gestos de afecto para que el aprendizaje sea màs efectivo. Tal vez la bùsqueda no esta en los grandes paradigmas sino en prestar atenciòn a detalles mas simples en la cotidianeidad educativa.

Colegio Fiscomisional "León Ruales" dijo...

Excelente artículo. Admiro sus artículos. Tengo tres libros suyos. Me sirvieron de inspiración para publicar uno titulado "Educación Siglo XXI-127 temas de análisis". Le enviaré en formato PDF por mensaje del Facebook. Quisiera un comentario suyo, para una posible nueva edición... la primera se agotó... Mi libro se hizo famoso en Cumbal-Colombia, me invitaron a dar una conferencia.

Pablo Suárez M. dijo...

Cuando se es abuelo se reaprende esa pedagogia del afecto. Ojala pudiesemos replicarla y multiplicarla en todos los ambitos.

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